Nuria Barbosa León - granma.cu - Habana 7/12/2011
UNO de los planteamientos realizados democráticamente por los cubanos en asambleas de colectivos laborales, estudiantiles y de barrio, previas al VI Congreso del Partido donde fueron aprobados los Lineamientos de la Política Económica y Social de la Revolución, resultó ser las facilidades de créditos bancarios a personas naturales para asumir diversas actividades productivas.
De ese proceso emanó un conjunto de estrategias económicas con el propósito de actualizar el modelo socialista cubano.
De ahí que el 20 de diciembre entró en vigor el Decreto Ley 289 y tres resoluciones complementarias que regulan la política crediticia con el objetivo de apoyar el desarrollo de las producciones agropecuarias, el ejercicio del trabajo por cuenta propia y otros modelos de gestión, así como las acciones constructivas por esfuerzo propio en las viviendas.
Ernesto Medina Villaveirán, presidente del Banco Central de Cuba (BCC) en entrevista concedida a Granma señaló que además del financiamiento, "las normas flexibilizan los cobros y pagos entre personas jurídicas y naturales, así como posibilitan la apertura de cuentas corrientes por parte de los bancos a estas últimas."
Con anterioridad las normas vigentes establecían limitaciones al topar el monto de los créditos a menos de 3 000 pesos, imposibilidad de apertura de cuentas corrientes para el depósito de ingresos provenientes de una actividad productiva en el caso de agricultores o trabajadores privados, y un máximo de pago muy reducido por parte de las empresas estatales cuando recibían un servicio o mercancía procedente de la gestión laboral personal.
Con la nueva ley se permite la concesión de préstamos bancarios en moneda nacional (*) con importe mínimo valorado en 500 pesos para el sector agropecuario y de tres mil para el trabajo por cuenta propia y otras formas productivas no estatales. El monto total se pacta según las capacidades de pago del beneficiario y sus garantías en bienes materiales o actividad productiva.
También se introducen la apertura de cuentas corrientes para efectuar cobros y pagos a través de cheque nominativo y de gerencia, letra de cambio y pagaré, instrumentos bancarios que evitan la circulación en efectivo y que eran utilizados con anterioridad sólo por la empresa estatal.
Precisó el titular del BCC, que los préstamos serán concedidos por entidades bancarias a nivel de sucursal, de provincia y de las oficinas centrales a aquellas personas que demuestren capacidades de pago con una acertada evaluación de sus condiciones económicas, de bienes que podrán hipotecarse y con garantías por parte de fiadores que asuman las deudas en caso de incumplimientos.
Desde el mismo triunfo de la Revolución en 1959, el gobierno ha implementado medidas que coadyuvan la inserción del país en un entorno internacional dominado por la hegemonía capitalista en detrimento de las naciones subdesarrolladas, por lo que asumió primero un diseño económico que respondía a una integración con el campo socialista de Europa del Este.
Ese modelo de relaciones comerciales se abolió en la década del noventa por lo que Cuba asume alternativas de mercado para sostener una economía interna que favorezca la justicia social y la igualdad, en la misma medida en que debe incrementar las exportaciones y reducir las importaciones, de ahí que el modelo económico cubano necesite ser reajustado.
Para los habitantes de la mayor de las Antillas, este decreto responde a las necesidades actuales en tanto facilita el intercambio comercial entre empresas y trabajadores privados, en la misma medida que buscan un reacomodo de las leyes monetarias mercantiles del socialismo.
- 'No hay mal que dure 100 años ni pueblo que lo resista'.