Ciego de Avila hizo historia esta madrugada en la pelota cubana al derrotar a Industriales 4 x 3 en una dramático partido y coronarse campeón de la 51 Serie Nacional de Béisbol.
Fue un partido digno de la finalísima, peleado hasta el mismísimo cierre, con soberbias demostraciones de pitcheo de Antonio Romero y Yander Guevara, un coloso en la lomita que tiró las casi 11 entradas a las que se extendieron las acciones en el “José Ramón Cepero”. Aunque la victoria fue a la cuenta de Lázaro Santana, quien sacó los últimos dos outs, las palmas de este encuentro son para Guevara.
La decisión sobrevino a la 1:03 de este martes por un metrallazo de Ricardo Borbón para impulsar desde segunda a Yorbis Borroto, quien se había embasado por boleto y avanzó luego por un sacrificio del receptor Lisdey Diaz.
El hit de oro de Borbón lanzó al terreno a cientos de fanáticos que dieron rienda suelta a la alegría por el triunfo de un equipo que finalmente pudo llegar a la cima de la pelota nacional, luego de tres temporadas disputándose los primeros puestos, pero sin conocer el disfrute del título. Ciego sabía que no podía permitirse dejar que la serie retornara al estadio Latinoamericano, porque la suerte podía revertirse. Y así lo hizo.
Una fiesta infinita
La fiesta se extendió por toda la ciudad hasta altas horas de la madrugada, en contraste con la morriña de los capitalinos, que aún soñaban con el milagro.
Fue verdaramente ejemplar que a la 1:30 am de este martes se haya podido comenzar la premiación, luego de que el público saliera disciplinadamente del terreno. Muy bien por los avileños, aunque la premiación fue realmente la rutina que conocemos, con el primer secretario del Partido (ya sabemos que comunista y único) entregando las medallas mientras pasaba una tonadita salsera de un compositor de Ceballos. (Muy bien, por cierto, el capitán Yordis Borroto, quien ante una pregunta retórica del comentarista Modesto Agüero le dedicó el triunfo a su familia, a sus amigos y toda la gente de Ciego de Avila, sin necesidad de cumplir el ritual político de mencionar a ningún burócrata partidista ni al Comandante en Jefe, que quién sabe en qué reflexión anda).
Bueno, pero sigamos hablando de pelota, porque realmente es lo que queda.
Bajo la tutela de Roger Machado, Ciego de Avila había obtenido un tercer puesto en el 2009, fueron cuartos en el 2010 y perdieron en la final frente a Pinar del Río el pasado año. El título constituyó la merecida coronación para un territorio que nunca se había vestido de campeón en la pelota cubana. Ni como provincia después de la división política administrativa de 1975, ni en el béisbol de la época republicana los oriundos de esta tierra habían conocido un triunfo de esta magnitud en el pasatiempo nacional.
Junto al reconocimiento de los avileños, no puede faltar el tributo al subcampeón y al trabajo de Lázaro Vargas, quien debutó como mentor en esta temporada y supo insuflarles la moral y la confianza necesarias a sus discípulos tras varias temporadas de descalabros, fugas y frustraciones.
Azules, con las botas puestas
Industriales vendió cara la derrota y cayó con las botas puestas ante un rival superior jugando en sus predios.
Ciego de Avila siguió con la costumbre de romper el celofán en el mismo primer inning y tomó ventaja de una, después de dos outs, por hit de Rusney Castillo y doblete de Yoelvis Fiss por la banda derecha.
Pero los Azules no se amilanaron y respondieron con dos en la parte alta del segundo por sencillo de Serguei Pérez y estacazo de dos carreras de Yoandri Urgellés.
Una entrada más tarde, los Tigres volvieron a tomar el mando. Ricardo Bordón abrió con sencillo al izquierdo, Raúl González recibió pelotazo y luego de una rolata a segunda de Mario Vega que avanzó los corredores, Vargas mandó a pasar intencionalmente a Castillo, que fue un verdugo para los lanzadores industrialistas. Pero Fiss repitió la dosis del tubey para traer dos. Si no hubo más fue porque Yorelvis Charles falló para doble play y abortó lo que se perfilaba como un racimo decisivo para los avileños.
Tras varios capítulos de batallar a ceros, Industriales consiguió un agónico empate en el séptimo por sencillo de Urgellés, otro de Carlos Tabares hit por el derecho que avanzó al corredor a tercera y elevado al central del emergente Iraklis Chirino.
Hubo peligro en el final del noveno, cuando los avileños dejaron las bases llenas, ya lanzando el relevista Julio Montesinos, pero Rusney Castillo falló en palomón a segunda.
La escena quedó preparada para que Borbón se vistiera de héroe.
C H E
IND 020 000 100 00 3 7 1
CAV 102 000 000 01 4 8 1
G: Lázaro Santana (4-3) P: Julio Montesinos (1-2)
Han sido seis meses de pelota en Cuba y ahora vienen compromisos internacionales en Nicaragua y luego en el tope bilateral con Estados Unidos, en julio. El béisbol cubano no está ni con mucho en un momento de esplendor, pero creo que esta serie nacional ha devuelto alguna esperanza en el talento, que siempre estará ahí, y en el futuro.
La gran lección, para mí, la sembró Víctor Mesa, que con una guerrilla llevó a Matanzas a semifinales y saltó desde el sótano a un muy digno tercer lugar. Ojalá no se olvide su hazaña a la hora de buscar una redención beisbolera cubana que pasa -quiéranlo o no los que mandan- por la reinserción en la pelota profesional de la región y por la admisión de las Grandes Ligas como un acontecimiento del que no se puede privar más a los peloteros ni a los aficionados de la isla.
- 'No hay mal que dure 100 años ni pueblo que lo resista'.